La efervescencia de los 80 en España, en plena Transición, fue más allá de la música. El cómic tuvo también su propia movida. Uno de los personajes más representativos del underground patrio fue el enloquecido Makoki, del que ahora se reedita ‘Fuga en la Modelo‘ (La Cúpula), obra de Gallardo y Mediavilla. Un título que triunfó en su momento, y que todavía conserva el aroma de una época llena de quinquis, quintos y psicotrópicos adulterados.

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‘Makoki’, junto a otras producciones de la extinta revista El Víbora, fue uno de los buques insignias del underground español o, como prefirieron bautizarlo desde la propia publicación, ‘línea chunga». Los lectores más veteranos lo recordarán: un loco escapado del manicomio, con un casco de electroshock como indumentaria, y rodeado de una ‘basca’ de secundarios de cuidado, como el Cuco, el Niñato o Emo. En esta aventura, ellos son los principales protagonistas del ciclo narrativo ‘El pase’, una ‘road movie’ que culmina con el intento de fuga de la trena barcelonesa.

‘Fuga en la Modelo’ arranca con Cuco, Emo, el Niñato en Marruecos, en un ‘bajarse al moro». Allí se hacen con una buena cantidad de hachís, que piensan adulterar y vender en Madrid de Tierno Galván. Pero en su trayecto por Melilla, Málaga, Granada y tierras manchegas, la mercancía va mermando a pasos agigantados. Por el camino recogen a Pipo, un chucho adicto al fumeteo y aficionado a coger el volante de la furgoneta. El periplo acaba con Emo entre las rejas de la modelo, al que tratará de liberar Makoki en un desquiciado fin de fiesta narrativo.

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El éxito de esta obra fue tal que se convirtió en lectura de cabecera para los presos de la Modelo. No es de extrañar, en una época en la que las fugas eran habituales, y los mitos quinquis protagonizaban películas. Quizás los planos y mapas de la prisión incluidos en el tebeo ayudaran a ello… ‘Fuga en la Modelo’ puede calificarse como un retrato de la España de aquel momento, pero también como un cómic divertido y lleno de frescura, con poca preocupación por lo políticamente correcto. A la lectura invita la excelente edición de La Cúpula, que cuenta con un prólogo de Jordi Costa y un necesario glosario de términos como ‘flai’, ‘queli’ o ‘mangui’.